lunes, 12 de julio de 2010

Felicidad

Reflejo de la mirada de Dios. La felicidad es la presencia permanente de la paz que proviene del disfrute responsable, es íntima y verdadera; se puede compartir con otros, pero ocurrre en uno, se funde en el individuo y se proyecta en la armonía del cuerpo y del alma. La felicidad, con frecuencia, es funcíón de la responsabilidad con que se asume la vida y la ilusión que se pone en los actos cotidianos.

La felicidad es un estado y puede ser permanente. [Los "momentos" son placenteros y ocasionales; no se agregan para construir la felicidad, porque no lo consiguen. Es decir, la felicidad no es una suma de placeres; tampoco es una actitud. No existe un conjunto de habilidades para ser feliz. La felicidad no es entrenable].

La felicidad proviene del deseo, es un regalo y sólo requiere una adecuada disposición del ánimo para "dejarse hacer por el amor de Dios".

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